martes, 16 de junio de 2009

Luis Reyes, Calabazo

Por Jorge Bonsor. Revista de archivos, bibliotecas y museos. Número 5. Mayo 1898.
El día dos del pasado mes de Febrero (de 1898) falleció, a los 75 años de edad, Luis Reyes, Calabazo, el trabajador más antiguo de la Necrópolis Romana. Hasta el año de 1868, en que se dedicó a buscar antigüedades para venderlas a los aficionados, su principal ocupación fue la de recolector de plantas medicinales. En 1874 comenzó a trabajar por cuenta de D. Juan Fernández López, y desde entonces -dice su hermano D. Manuel en su historia de Carmona- "rara fue la noche en que no le vieran las gentes subir a la ciudad cargado con urnas y ánforas, en lugar de las yerbas y raíces de otro tiempo".
D. Juan de Dios de la Rada y Delgado, en su Memoria intitulada Necrópolis de Carmona habla también de Luis Reyes.
A Calabazo se debe el descubrimiento de los grandes triclinios llamados del Olivo, del Columbario, y del Elefante.; las tumbas de Prepusa, Postumio, Pylades, Tres Puertas, Cuatro Cámaras, la Paloma, Cuatro Columnas, las Guirnaldas, etc.
El retrato de Luis Reyes, de tamaño natural, hecho por el que suscribe en 1887, ha sido colocado recientemente en el museo de la Necrópolis, cobijado por una especie de trofeo compuesto con las gastadas herramientas que le sirvieron durante veinte años y que nos fueron remitidas por la viuda, en recuerdo de su pobre marido.

4 comentarios:

Diego dijo...

Este hombre daría no menos que pocos zoletazos en el albero, y movería con las espuertas metros y metros cúbicos de la tierra amarilla que nos identifica en la provincia. Si nos ollera desde el cielo, yo le diría: "amigo, qué sombrero estilo bandolero más chulo llevaba usted". Estaría bien rescatar ese modelo para el siglo XXI así,su espíritu y el de otros tantos carmonenses anónimos que trabajaron con él perdure en el "cerro de las canteras". Si levantara la cabeza y viera la cantidad de turistas que vienen a admirar donde él se deslomaba el espinazo...Me quito el sombrero en memoria de "Calabazo", otro carmonense que aún no tiene nombre de calle en su memoria. Estaría bonito dedicarle un cachito del pueblo

Anónimo dijo...

Ese hombre que usted admira, descuartizaba nuestro patrimonio por dos reales. ¿O se cree usted que lo hacía por amor al arte?

Diego dijo...

Sigo pensando que el que partía el bacalao era Juan Fernández López que no Calabazo ya que testimonios que mi abuelo me contaba que Juan no tenía buena prensa en Carmona, mas bien expropiador de terrenos y explotador... No creo yo que Calabazo llevara las vasijas ni las ánforas al museo de Nueva York, o hay más que mirar sus zapatos, te lo dicen todo o casi...

Vaco dijo...

Calabazo recogía plantas medicinales que vendía entre otros Juan Fernadez Lopez, el verdadero expoliador de tumbas. Jorge Bonsor fue el gran comerciante de lo expoliado, véase el destrozo que hizo con el castillo de Luna en Mairena. Primero sacaron, después vendieron y mas tarde `publicaron, todo muy bien organizado para beneficiarse de ello. Sigo creyendo que el tesoro del Carambolo es Carmonense.